Y Pepe caminó sobre las aguas del río Traful
Quien conoce a Gonzalo Detry (“el Gonza”) sabe que es una persona muy dedicada a su pasión, la pesca con mosca, y hoy en día a su trabajo como guía.
Ser guía requiere además de lo que uno ya sabe, como conocer del lugar, experiencia, muchísima paciencia y muy buena onda, adelantarse a lo que pueda ocurrir en ese día de pesca.
Era una de esas mañanas de marzo donde el Gonza presintió que podrían llegar a ver una de esas marrones que se esconden en lo más profundo de las rocas y pasan a mimetizarse como si fueran parte de ellas.
Su cliente, un ingles de varias décadas de pesca (de acá en mas “The Big Man”) muy robusto pero de muchos kilos en su debe, señal de haber pasado por estos espectaculares lodges y no haberle arrugado a ningún vaso alcohólico, menos a las comidas.
Gonza sabía que iba a tener que vadear el río de forma muy lenta y cansina pues si bien tenía a su lado a un experimentado pescador también sabía que no iba a poder hacerlo en forma apresurada.
Y allí estaban los dos, The Big Man con una línea de flote y una seca en la punta de la caña #5, ideal para ese tipo de pesca y el Gounz (como a mí me gusta decirle) que se había llevado una caña suya con un shooting de hundimiento rapido pues tenía esos feelings que a uno le aparecen en la mañana y luego pasan a ser anécdotas en el futuro.
Pasaron un par de horas de linda pesca de truchas chicas ,lauchas,donde ambos buscan cualquier excusa para justificarlas,como…- que lindo color!- marrón residente!- que cola!- fijate el gancho de la boca ¡ (microscópico) – y esas excusas típicas de pescadores , para varios pero no para esta pareja.
Fue allí cuando por unos minutos el Gounz abandono al “Biggy” y se adelanto para husmear entre las rocas de este increíble río.
Y allí estaba, era una sombra oscura de aquellas, en las que uno cree que son un tronco inmóvil en el fondo del río, pero por un segundo se pudo ver un mínimo movimiento zigzagueante y antes que el big man se diera cuenta ya tenía otra caña en su mano con un línea de hundimiento y una mosca farandulera del tamaño de las lauchas que habían sacado.
Y allí empezó el trabajo del guía y de ahí en más era el momento de Big Man para demostrar lo que su experiencia le había aportado a través de sus viajes.
De mas esta decirles la adrenalina que corría bajo la sangre del pescador pero mucho más en la del guía que es de aquellos que buscan que su cliente saque no menos tamaño que el nahuelito.
El Gounz se ubicó unos metros abajo para divisar el submarino y el grandote comenzó a bambolear su mosca con movimientos forzados para tratar de mover semejante aparato de mosca.
Luego de un par de casts salió la bestia al ataque con semejante mala suerte que al mismo tiempo una segunda marrón que se encontraba debajo de los sauces tubo la misma idea y en el encontronazo ninguna pudo acertar el tarascón.
Luego del incidente era un hecho que la trucha no se movería por un rato. Decidieron dejarla tranquila por una media hora para luego volver a la cacería.
Esta vez no podían fallar, pero cambiaron de estrategia, el Biggy se colocó aguas abajo para castear hacia arriba
Apenas cayo la mosca la gran marrón salió como un un submarino y antes que se dieran cuenta ya la caña estaba doblada a la altura del reel, no se rían ,era así!!!!
Se hizo un enorme silencio, la naturaleza enmudeció, se escuchaba solamente la silbatina del viejo Hardy en cuanto a corridas se refieren, que lindo sonido ese ¡por dios!.
Luego de varias idas y vueltas la trucha se instaló en el fondo del río sin moverse, como diciendo -de acá en mas no me mueven-.
Hasta que en un momento, la oscura decidió darles una chance a los pescadores y decidió salir a la superficie para luego hacer un running feroz aguas abajo.
Y allí las chances de poder vencer al pez pasaron a ser negativas. Había que bajar muy velozmente para evitar quedarse sin runing, frenarla abruptamente lo cual significaría sacarle la mosca de las “agallas”, ó por ultimo, empezar a rezar.
Y faltaba el problema más grande, un km abajo había una entrada de sauces donde se hacía muy profundo e imposible de vadear.
Se nos va a ir pensaban, ya estaban quedándose sin piso.
El Gounz se adelanto para ver si podían hacer algún cambio de estrategia, y fue allí que escucho un allá voy y pudo divisar al Big Man flotando sobre las aguas, dejándose llevar por la correntada con la caña levantada y la vista concentrada en la línea. Por un momento le hizo acordar a brad pitt en nada es para siempre.
Y ahora luego de haber salteado semejante escollo se encontraba peleándola a solo unos metros de él.
Todos se imaginan como termina el cuento, el Gounz luego de tratar de copear semejante monstruo logra meterla en la red a la undécima vez, pues no entraba en el copo, para luego poder abrazarse con el Big Man.
Quedaron exhaustos, por varios minutos mirando hacia el cielo en señal de agradecimiento, no era para menos estaban en un lindísimo rio, acababan de sacar un record Brown trophy y haciendo los que más nos gusta a todos pescar con mosca.
PD:
Para los que no me conocen soy Agustin Avellaneda (alias “El Agus”), fanático enfermito de la pesca con mosca y gran amigo del Gonza. A veces escribo alguna anécdota vivida (soy mejor pescador), pero en este caso, contada y tratando de imaginármela como si hubiera estado ahí o como a mí me hubiera gustado que ocurriera.
Desde muy chicos hemos compartido con Gonza muchas salidas de pesca, mojando millones de moscas en busca de la más grande.
Hoy, el Gounz se ha convertido en un gran guía de pesca y sigue conservando algo muy valioso que es ser una excepcional persona.
Felicito a él , a Big Man y a “Pepe” (la trucha) por su labor en el rio.
Saludos a todos los pescadores y hasta la proxima.
Tight lines!!!!
Agus
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